Artículo escrito por Paul Maquet, coordinador de incidencia de la RedGE y publicado en el diario La Primera. El mensaje del Gobierno es claro: el Presidente Humala y nada menos que
ocho ministros, entre ellos el premier, fueron a PERÚMIN a reafirmar que “sin
las inversiones extractivas todo es ilusión”. Jiménez fue muy explícito en su
discurso al señalar que el Perú es un “país minero” y que esta es “la actividad
central” de nuestra economía.
Una semana después de la Convención Minera, una importante diversidad de
investigadores, académicos, organizaciones e instituciones de la sociedad civil
nos reunimos en una intensa semana de foros y talleres para discutir alrededor
de una pregunta: ¿es sostenible ese Perú que nos quieren vender? ¿Es posible
imaginar otro futuro?
Durante la semana, se compartió abundante información sobre múltiples aristas
de la problemática socioambiental: desde el extractivismo informal y
delincuencial (minería ilegal, tala, entre otras actividades) hasta la
megaminería en cabeceras de cuenca, pasando por las grandes inversiones en la
Amazonía, el gas y la matriz energética, la gran agroexportación que agota el
agua, entre otros aspectos. La discusión puso énfasis en las propuestas y
alternativas.
Un modelo basado en la exportación masiva de materias primas sin
planificación ni adecuada regulación y fiscalización, no es sostenible ambiental,
social ni económicamente. Genera multitud de conflictos sociales y abundantes
impactos ambientales, y no impulsa un desarrollo económico sostenible a largo
plazo. Más allá de la propaganda, lo cierto es que las inversiones extractivas
generan pocos puestos de trabajo y no tributan más que otros sectores como el
comercio y la manufactura.
Para iniciar las transiciones hacia un modelo más sostenible necesitamos,
en primer lugar, mayores y más eficientes regulaciones a los proyectos extractivos:
que se cumpla con el Ordenamiento Territorial Participativo y con la Consulta
Previa, que se fortalezca el nuevo SENACE y la OEFA, y que se concreten las Evaluaciones
Ambientales Estratégicas para conocer el impacto de un conjunto de inversiones
en un mismo territorio.
Pero el siguiente reto es una diversificación productiva que nos permita
superar la dependencia de las materias primas. Impulsar la industria, la
agricultura, los econegocios, el turismo, la ciencia y tecnología, entre otros
sectores que son sostenibles en el tiempo y tienen impactos significativos en
la generación de empleos y oportunidades para la población.