Artículo escrito por Armando Mendoza, publicado en el diario La Primera. En diciembre del
próximo año nuestro país será sede de la COP 20; la Conferencia Mundial de las
Naciones Unidas sobre el Cambio Climático; en la cual delegados de todo el
mundo se reunirán con el fin de alcanzar compromisos globales sobre el
calentamiento atmosférico debido a la acción humana; fenómeno nos afecta y nos
afectara en los próximos años y décadas, condicionando nuestras posibilidades
de crecimiento y desarrollo.
La COP 20 es una
gran oportunidad para poner en el centro de la agenda nacional el tema del
Cambio Climático, él cual es un mayor factor de riesgo para el Perú, pues somos
uno de los países más vulnerables, ya que en nuestra geografía abundan las
áreas vulnerables: zonas inundables, zonas sensibles a sequía y erosión,
glaciares, selva amazónica, etc.. Literalmente, cartón lleno.
De hecho, el
avance del Cambio Climático ya ha sido vinculado a diversos fenómenos que
vienen ocurriendo en nuestro territorio: retroceso de los glaciares andinos, desaparición
de los bofedales en la sierra, irregularidad en las lluvias en la costa, episodios
de sequía en la selva, y recrudecimiento de los episodios de heladas o friaje
en el altiplano. Estos y otros fenómenos; con graves consecuencias económicas y
sociales; serían causados o exacerbados por el calentamiento de la atmosfera debido
a las emisiones de gases.
Dada nuestra
vulnerabilidad al Cambio Climático, el Perú debiera ser uno de los principales
interesados en que durante la COP 20 se impongan compromisos concretos para la
disminución de las emisiones de las grandes economías y el desarrollo de fondos
globales para financiar la adaptación al Cambio Climático en los países en vías
de desarrollo; entre otras iniciativas sobre las que mucho se ha discutido pero
poco se ha avanzado.
Debemos llevar a
la COP 20 una posición nacional que debe ser justamente eso: nacional; y cuya
debe ser tarea conjunta del Estado y la Sociedad Civil mediante un debate
franco sobre el impacto del Cambio Climático y su relación con un modelo de
crecimiento que asume una dotación inagotable de recursos naturales; como el
agua o los bosques amazónicos, que son altamente vulnerables.
El rol del Perú
en la COP 20 tiene que ir más allá de ser el sonriente anfitrión que se
conforma con salir en la foto. Debemos tener como país una posición clara y
firme frente al peloteo que se viene
dando sobre las responsabilidades ambientales de las grandes potencias, y presentar
e impulsar propuestas viables de acción global. Tenemos un año para
prepararnos, así que, ojala, en diciembre del 2014 podamos ofrecer a los
delegados de todo el mundo algo más que fuentes de ceviche y brindis con pisco
sour.
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