Artículo escrito por César Gamboa de DAR, publicado en el diario UNO. El Poder Ejecutivo ha presentado un paquete de medidas para la reactivación de la economía, el cual ha sido criticado por diversos sectores, partidos políticos y hasta el propio sector empresarial ha mostrado opiniones encontradas. La sociedad civil ha mostrado su posición crítica, más de 100 organizaciones han manifestado su rechazo al debilitamiento de estándares y de la institucionalidad ambiental.
6 temas ambientales son afectados: el ordenamiento territorial no tendría carácter vinculante, reduciendo la potestad de los gobiernos subnacionales para definir el mejor uso del suelo y permitiendo que ningún límite a las inversiones, desde la discrecionalidad de la autoridad nacional; los Estándares de Calidad Ambiental y Límites Máximos Permisibles LMP, así como zonas reservadas serían aprobados con el voto aprobatorio del Consejo de Ministros, un organismo político intervendría en procesos técnicos, siendo lo más discutible que se reduce la competencia del ente rector Ministerio del Ambiente a un ente coordinador, como sucedía antes con el CONAM. Lo más grave son los cambios en la evaluación ambiental y la potestad sancionadora del OEFA, se reducen tiempos y se permite la impunidad ambiental por 3 años, en procedimientos correctivos y un laxo permiso para cumplir con los EIAs y la legislación ambiental, generando mayor riesgo para la salud de las personas y la naturaleza.
Un efecto pernicioso sería que el que cumple la norma, no se le premia o se le da el mensaje que tiene 3 años para cumplir la legislación ambiental. La pregunta es ¿quién queremos que gane con esto? Estas normas tienen nombre propio, inversiones actuales –no futuras- que se beneficiarían con no cumplir la ley.
No es ir contra la inversión, sino contra la impunidad a las conductas ilícitas, incentivando que todos la cumplamos y no generando excepciones que no aseguren ganancias para todos, sino para unos cuantos.
Finalmente, no se ha justificado técnicamente esta norma, lo seguro es que hay mucho lobbies detrás de esto, que dejan por lo menos un halo de desconfianza, necesitando un debate más de fondo.
Esta es la prueba que en épocas de vacas flacas, no somos capaces de cumplir con las normas. No hemos ido al mundial, pero estamos cometiendo un foul al medio ambiente.
Ver en: http://diariouno.pe/columna/foul-al-ambiente/
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