Artículo escrito por César Gamboa de DAR, publicado en el diario UNO. Asistiendo a un evento internacional sobre tenencia de tierra y cambio climático (Oslo), uno podía concluir lo difícil que será lograr que se implemente el Acuerdo Perú Noruega para conservar el todo que es la Amazonia. Sin embargo, hay algunos retos más cercanos y asequibles como la creación del Parque Nacional Sierra del Divisor.
Un poco de historia de parte. Hace casi 08 años, Derecho Ambiente y Recursos Naturales fue invitado a formar parte de un grupo de sociedad civil, junto con organizaciones conservacionistas e indígenas, para acercar ambas agendas en la protección de esta área de 1.4 millones de has, tan rica en biodiversidad y donde viven pueblos indígenas en aislamiento y en contacto inicial. Finalmente, después de un dialogo complejo, se logró tener una posición común de avanzar en la protección integral del área, lo que permitiría la coexistencia de un área protegida con la existente ya Reserva Territorial Isconahua. Es algo que las organizaciones siguen proponiendo para otros pueblos como los Mashco Piros.
Este gobierno no se ha caracterizado por la creación de áreas protegidas. Han pasado los años y las amenazas han crecido, no podemos hablar de un mosaico de áreas, sino de múltiples amenazas en una frontera donde pasa la tala y minería ilegal, así como el narcotráfico; una posible carretera y proyectos de hidrocarburos no hacen más que potencializar posibles impactos indirectos y donde sería necesario un ordenamiento más integral de la Cuenca del Ucayali, que va más allá de la conservación de la biodiversidad, al menos, pensando a futuro.
Mientras ello ocurre, nos unimos para que Sierra del Divisor sea un Parque Nacional que proteja al mono guapo colorado, el Cerro el Cono y a los pueblos indígenas Isconahua que habitan en él. Quizás la creación de un parque más en la Amazonia no sea la solución para conservar el bosque, y por otro lado, no hay voluntad política de titular tierras y reconocer territorios indígenas en un año pre electoral. Mientras las cosas son lentas, las amenazas actuales van avanzando y Sierra del Divisor puede ser parte de un mosaico de áreas complementarias con la convivencia de pueblos indígenas aislados, siendo la fórmula, en muchos sentidos, para impedir que se produzcan más contactos forzosos con ellos. Al menos, por ahora.
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