Artículo escrito por Eduardo Gudynas del CLAES y publicado en el diario La Primera. El reporte sobre las perspectivas
económicas que acaba de presentar el Banco Mundial anuncia una reducción en la
volatilidad de los mercados. Entramos en una fase de una mayor estabilidad,
donde convivirán situaciones disímiles.
Por un lado países industrializados
que seguirán en crisis, estancados a apenas creciendo, y por el otro, el
conjunto heterogéneo de economías emergentes, más dinámicas (crecimiento
esperado del 5.6%, superior al promedio mundial). Se estima que América Latina crecerá
3.9% en 2014
Por lo tanto, en un futuro inmediato las
condiciones globales son más restrictivas. En esto tiene mucho que ver la
moderación de la demanda y precios de las materias primas. Se predice que
continuarán las caídas iniciadas en 2011, que han llevado, por ejemplo, a que
los precios de los minerales bajaron un 30%.
Como los países latinoamericanos
siguen especializados en exportar materias primas, su futuro económico depende
sobre todo de factores globales. Entre ellos están la demanda china
(responsable, por ejemplo, del 45% del consumo mundial de metales), el nivel de
los stocks globales en otros commodities, o los impactos del cambio climático
sobre agroalimentos.
Bajo estas condiciones, los gobiernos
latinoamericanos vuelven a apostar a las materias primas. Esto deja muy en
claro cuán profundamente arraigada están estas estrategias.
En efecto, pocos años atrás, los
gobiernos insistían en “aprovechar” el boom de los precios de las materias
primas. Festejaban que quedaron atrás los años de pésimos términos de
intercambio y baja demanda, y por ello aumentaron sustancialmente sus
exportaciones de materias primas. Sin duda que eso se llevó a cabo de muy
distintas maneras, como lo ilustra, por ejemplo, el manejo petrolero en
Bolivia, Brasil o Perú.
Ahora, frente a un contexto global muy
distinto, mucho más complicado y temerosos de una contracción económica, de
todos modos insisten en la misma estrategia. Allí se origina el nuevo salto
extractivista. Dicho de otro modo, sea con precios altos o bajos, mercados
globales sedientes o cerrados, los gobiernos repiten la obsesión de aumentar
las exportaciones de materias primas. Ante esto, las alternativas a ese extractivismo
exportador son todavía más urgentes.
Ver
en: http://www.laprimeraperu.pe/online/columnistas-y-colaboradores/en-buenos-o-malos-tiempos-siempre-extractivistas_141673.html
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