Artículo escrito por César Gamboa de Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) y publicado en el diario La Primera. Han pasado 2
años de este gobierno y podemos apreciar varios cambios en la gestión ambiental
y social de las inversiones. Sin embargo, el discurso presidencial último nos
suma en incertidumbres. Ya no hay la seguridad de generar cambios, quizás
alguna pregunta sobre que hacer a futuro ante la baja de los precios de los
metales y nuestra dependencia al extractivismo.
Lo más claro en
el discurso presidencial es el pequeño ofrecimiento al desarrollo sostenible
sobre la experiencia de la consulta previa en el ACR Maijuna en Loreto. Ninguna
mención a los compromisos asumidos en el Informe sobre una nueva minería en el
Perú.
Pese a este
discurso presidencial, es injusto señalar que la actual autoridad ambiental no
haya logrado avances en la legislación. Si consideramos que la solución de
conflictos socioambientales ha pasado por dicha gestión (Conga a Espinar); la
creación del SENACE; la primera rendición de cuentas con el Informe de
Desempeño Ambiental; el fortalecimiento de la fiscalización ambiental; la
Declaración de Emergencia Ambiental para la contaminación histórica y actual
por aguas de producción en el Rio Corrientes y ampliándose la investigación a
cuencas al lado; la próxima COP que se celebrara en Perú; etc.
Así, parece que
todo se borrara con este mediocre discurso y los recientes Decretos Supremos
054 y 060 –y los que vengan-. Todo avance parece ya postergado, reducido,
perdido. Medidas poco participativas, con una motivación política cuestionable,
pero sobre todo con cuestionamientos que ponen en tela de juicio su contenido
(se reduce el plazo de aprobación del EIA, responsabilidad administrativa al
funcionario por la demora; tendencia a un trámite “fasta track” de aprobación
de EIA; etc) por las razones técnicas de su existencia: si queremos más rapidez
y mejor calidad en la aprobación de los EIAs debemos reformar el sistema bajo
un diagnostico profundo y asumiendo soluciones como el fortalecimiento
institucional con recursos humanos y técnicos; digitalización de los
procedimientos administrativos de aprobación de EIA; mayor transparencia del
proceso de aprobación del EIA. Ya el irregular proceso de aprobación del EIA de
la expansión de operaciones en Camisea parece ser un vivo ejemplo de los
efectos perniciosos de esta norma, pues siembran dudas de la aprobación de un
EIA de calidad y que proteja a los pueblos indígenas aislados. Es necesario
seguir empujando cambios para mejorar la gestión ambiental.
Ver en: http://www.laprimeraperu.pe/online/columnistas-y-colaboradores/discurso-presidencial-gestion-ambiental-como-sea_146470.html
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