Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. “Necesitamos a todos para cambiarlo todo”, llamaba la convocatoria a la movilización más grande de la historia de la lucha contra el cambio climático. Más de 3.000 eventos en 166 países. Sólo en Nueva York más de 500.000 personas se movilizaron este domingo exigiendo justicia climática y #AccionesNOPalabras a los líderes mundiales en Cumbre Climática de Naciones Unidas. Desde su último encuentro en el 2009 en Copenhague, los desastres naturales relacionados con el clima han costado al mundo casi US$ 500.000 millones, cobrando la vida de más de 112.000 personas y dejando damnificadas a más de 650 millones de personas de acuerdo a un informe de Oxfam [1].
#AccionesNOPalabras ha sido la consigna unánime. Desde el podio, Ban Ki-moon, Ollanta Humala, Francois Hollande, responsables de la COP20 y COP21 respectivamente, han insistido.
Pero lo cierto es que la Cumbre no ha recibido el nivel de compromisos que la crisis climática requiere. Las negociaciones siguen gravemente aletargadas, y de no inyectársele la voluntad política real al proceso, el colapso climático que advierten los científicos estará más cerca.
En este contexto, la responsabilidad asumida por el Perú en el liderazgo de la próxima COP20 no es moco de pavo. Para inyectar adrenalina a un proceso que corre el riesgo de descarrilarse –por el menor entusiasmo y compromiso de los países–, se requiere liderazgo climático fuerte por parte del Perú dando el ejemplo hacia mayores ambiciones. Esta semana en NN.UU. el Perú no afirmó el liderazgo que se requiere globalmente.
El gobierno ha dejado en claro que la lucha contra la deforestación es la prioridad. El reciente acuerdo firmado por el gobierno con Noruega, Alemania y el BID para este fin es una buena noticia. ¿Pero cómo se hace concreto este compromiso (sí, eso que se le pide a otros países para el avance de las negociaciones, y donde debemos dar el ejemplo)? ¿Se ratifica el Perú en la meta de conservación efectiva de 54 millones de hectáreas de bosques primarios? A nivel nacional, ¿el ministerio de Agricultura gestionará los bosques desde la perspectiva de la conservación o como viene sucediendo dejando pasar el cambio de uso de suelo para proyectos de palma aceitera?
Un liderazgo fuerte debe basarse también en la coherencia del manejo nacional de los principales retos para el cambio climático, como es la expansión del sector hidrocarburos. Sobre este tema, mutis. La cena en honor al Presidente, patrocinada por PlusPetrol y dos empresas mineras, la misma semana de la Cumbre Climática, ha sido una muy mala señal, que más parece una celebración del cuestionado paquetazo.
Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/urgencia-climatica-accionesnopalabras-25-09-2014
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