Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. Todos debemos participar para enfrentar el cambio climático. Pero la acción de algunos sectores escalaría más las soluciones, si efectivamente estas se dieran. En el discurso en Naciones Unidas, el presidente Humala ha puesto particular énfasis en el rol que el sector privado puede jugar. En un inspirado –y bastante más popular– discurso, Leonardo di Carpio hizo un llamado a enfrentar el problema desde donde verdaderamente corresponde: No basta cambiar los patrones de consumo de las personas –como el uso de focos ahorradores en las casas–, se requiere que las corporaciones y los gobiernos efectivamente pongan de su parte.
El rol que el sector privado pueda jugar para frenar el cambio climático es fundamental. Acá no bastan soluciones generales, y aunque hay importantes esfuerzos, todavía priman soluciones cosméticas, (acusadas de falsas soluciones) que distraen de las salidas concretas que se requiere. En el contexto global de la megaconcentración del poder de las corporaciones, las salidas para enfrentar el cambio climático se hacen aún más difíciles.
Battiston, Glattfelder y Vitali, tres matemáticos de la Escuela de Zurich, realizaron un riguroso análisis del poder de las estructuras de control corporativo. La conclusión es contundente: El 1% controla el 40% de las transnacionales globales. Se trata de una auténtica clase social internacional y nómada. Que opera en defensa de sus objetivos e intereses comunes.
En el análisis de cerca de 43,000 transnacionales, el sector financiero es uno de los sectores más concentrados, y está estrechamente vínculados a los gigantes del gas y petróleo, así como a la industria automotriz, particulares aportantes a la crisis climática. Sus intereses están alineados, dificultando las verdaderas soluciones. Si el sector financiero global apostara por la inversión en energías renovables y transporte limpio, el escenario sería otro. Pero dados los intereses comunes, sus soluciones serán parciales. Aquí sus ganancias, son nuestras pérdidas.
Ver en: http://www.larepublica.pe/columnistas/globalizaciones/cuando-el-foco-ahorrador-no-basta-02-10-2014
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