jueves, 27 de marzo de 2014

Hambre, alimentos y cambio climático

Artículo escrito por Alejandra Alayza de OXFAM, publicado en el diario La República. Malas noticias las de esta semana: el nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) –que representa a la comunidad científica mundial– advierte que el impacto del cambio climático sobre el hambre se sentirá antes de lo previsto. Mientras que en 2007 el IPCC preveía que los efectos negativos podrían nivelarse con los efectos positivos, el informe del 2014 advierte lo contrario. No hay nivelación, por el contrario la producción agrícola global se irá reduciendo en 2% cada 10 años, mientras que la demanda de alimentos se incrementará en 14% en el mismo periodo.
Los efectos meteorológicos hoy afectan la producción y los precios de los alimentos a nivel global. Según Oxfam, en el año 2030 los precios de los alimentos podrían duplicarse, debido en un 50% al cambio climático. Nadie quiere ser tremendista, pero toca tomar en serio el problema.

El gobierno peruano tiene dos oportunidades: aprobar la Ley de Seguridad Alimentaria en el Congreso de la República, y liderar –en el contexto de la COP 20– políticas para asegurar la producción de alimentos en este sensible contexto.

lunes, 17 de marzo de 2014

¿En qué quedará el debate técnico sobre los EIA?

Artículo escrito por José De Echave, de CooperAcción, publicado en el diario La Primera. Luego que el ministro de Energía y Minas declarara la semana pasada que ya no se exigirá la presentación de Estudios de Impacto Ambiental para las actividades de exploración sísmica, el Ministerio del Ambiente (MINAM) salió a aclarar que “hasta el momento, la elaboración de este reglamento está en proceso, encontrándose aún en debate a nivel técnico”. Además, precisan con razón, que este tipo de reglamentos debe contar necesariamente con la opinión favorable del MINAM.

El MINAM ha hecho bien en precisar el estado actual de la cuestión: queda claro que la elaboración del nuevo reglamento ambiental no ha concluido y por lo tanto no hay por el momento acuerdo. Lo que ha faltado precisar es si es cierto que el famoso reglamento ya tenía un avance y existía acuerdo entre los dos ministerios en un  90% de puntos. 

Lo que queda claro es que la amenaza existe y esta propuesta muestra una tendencia preocupante en este gobierno: bajo el argumento de impulsar las inversiones se pretende debilitar aún más el Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental.

La propuesta que impulsa el Ministerio de Energía y Minas, en este caso, es eliminar los Estudios de Impacto Ambiental para las exploraciones sísmicas y que el Perú sea una suerte de reino en donde las empresas se auto regulan: “esta industria (la petrolera) tiene normas, principios, prácticas bien establecidas”. “Las empresas saben lo que tienen que hacer…”, ha dicho el ministro Mayorga.

Habrá que seguir con atención cómo se define “el debate técnico” entre los dos ministerios. Por el momento, seguramente le llamarán la atención a Mayorga por haber hablado antes de tiempo, mientras que sigue el intercambio sobre el tema al interior del gabinete.

No debe olvidarse que la tarea del Ministerio del Ambiente es proteger y fortalecer el Sistema Nacional de Gestión Ambiental y hacer frente a los que intentan debilitarlo, desde dentro y desde fuera. Hay que estar atentos.

lunes, 10 de marzo de 2014

Los petróleos no convencionales ante sus límites

Artículo escrito por Eduardo Gudynas, publicado en el diario La Primera. Nuevas evidencias indican que se apaga el sueño de una nueva una bonanza petrolera global basada en la fractura de esquistos. Esos sueños descansaban en los llamados hidrocarburos no convencionales, obtenidos a partir de la fractura hidráulica de esquistos (fracking). Se esperaba así superar el agotamiento de muchos campos de petróleos convencionales en distintos países. Se llegó a predecir que los precios caerían, la oferta sería abundante, y Estados Unidos volvería ser un gran productor. Las voces de alerta, una vez más fueron desoídas.

Pero, al día de hoy, la evidencia se vuelve inocultable. El volumen que se extrae de cada pozo de fracking es menor y declina más rápidamente que en los yacimientos convencionales. Esto obliga a realizar nuevas perforaciones muy cercanas entre sí. Se multiplican  los impactos ambientales y sociales. Se llega a situaciones como las de una cuenca en EE.UU., donde para obtener un millón de barriles por año, se deben perforar casi siete pozos cada día. Se inyectan todo tipo de productos y agua para forzar la salida de los hidrocarburos. El resultado son pozos donde brota cinco veces más agua que crudo.

Todo esto desemboca en procedimientos muy caros, atrapados en balances insostenibles: hay empresas que gastan US$ 1,50 por cada dólar de hidrocarburo extraído, según un reciente informe de Bloomberg. Esta actividad es rentable solamente cuando los precios del petróleo convencional están por encima de los US$ 100 / barril, y se disponen de subsidios. No sólo eso, sino que se está llegando a la situación donde el balance energético también es imposible: se gasta energía que equivale a más de un barril de petróleo, para extraer un barril del subsuelo.

Frente a esto se debe mirar con mucha cautela la euforia global con los petróleos no convencionales.  Algunas imitaciones latinoamericanas son muy riesgosas, como las del gobierno argentino, que embarcó a su petrolera estatal en un acuerdo con Chevron para explotar los esquistos del sur del país.

Entretanto, países con hidrocarburos convencionales, como Perú, deberían evaluar con mucha cautela el ritmo de extracción para reducir los impactos, preparándose para una inescapable escasez sin caer en la fatalidad del fracking.  


 

Cambio Climático COP 20

Artículo escrito por César Gamboa de DAR, publicado en el diario La Primera. La organización de la COP 20 va avanzando y es esencial que le demos la real importancia a la organización del dialogo global para enfrentar los efectos del aumento de la temperatura en la Tierra.

Después de la COP en Varsovia el 2013, expertos, sociedad civil, movimientos sociales no tienen esperanzas en un diálogo de sordos, entre países industrializados y las nuevas economías emergentes. La idea de un acuerdo global post Kyoto, parece estar lejano de Lima o de Paris 2015. El Ministerio de Ambiente MINAM ha sabido defender y comprometer a muchos actores en la importancia que Perú asuma una presidencia con resultados, aunque eso no dependa de un país de poca importancia para las economías grandes. Vale tomar en cuenta los acuerdos “climáticos” que USA y China están trabajando, fuera del espacio multilateral.

Con este pesimismo, aun así hay oportunidades de construir un esquema de fondos verdes para el plan B global: luchar contra la deforestación de los bosques. La oportunidad que los ambientalistas sean escuchados se hace posible, aunque esta sea más allá de pensar en conservar las áreas protegidas, el asunto pasa por tratar las amenazas como la falta de una política agrícola, un modelo de desarrollo local sostenible e incentivos para economías locales, las que hacen pensar que esas causas de los cambios del uso del suelo, pocas veces, son tomados en cuenta. Piénsese en la minería ilegal, narcotráfico, tala ilegal desde una economía que va más allá del crimen, ahí tendremos respuesta de muchos de nuestros errores.

Pese a ello, el MINAM ha logrado importantes compromisos al respecto. Hace poco ha logrado encontrar financiamiento para el Pabellón Amazónico dentro de la sede oficial de la COP, así como otros temas pendientes con organizaciones de sociedad civil (Grupo Perú COP 20) e indígenas (COICA, Aidesep, Pacto de Unidad). Este liderazgo debe ser compartido con los demás sectores del Estado, más que dar la espalda o poner obstáculos, deben facilitar este protagonismo poniéndose a trabajar por asumir compromisos climáticos desde la minería, la energía, el transporte, pesca, manufactura e infraestructura, todas ellas amenazas y oportunidades para la lucha contra el cambio climático. Esa es la tarea pendiente de este gobierno.